Desde el inicio de nuestra amistad, yo admiraba su basto conocimiento en todo tema...y su pasión por la lectura…del lado de Doris le gustaba mucho que yo le comenté temas espirituales...

      Tuvimos muchas conversaciones muy edificantes en su casa...con delicioso café y galletas que lo disfrutábamos mucho. Me contaba de sus viajes x el mundo de la mano de su amoroso y galante esposo...se amaban mucho y disfrutaban juntos…y yo la escuchaba con mucha atención...

      Lo grande de ella es no hacía distingos de personas...muy sencilla…sincera …gentil. Con mucha fortaleza para enfrentar el fin de sus días...siempre me decía que su tiempo se había cumplido. Que estaba preparada para irse…pasamos lindos y agradables momentos. Y lo más importante hizo una oración recibiendo a Cristo en su corazón...

Dios te bendiga Doricita.